La semana pasada apareció una inquietante noticia sobre daños en uno de los nichos religiosos de San Miguel.
Los titulares señalaron que el nicho de la esquina de Insurgentes y Hernández Macías se encuentra en severo estado de deterioro a causa de cables y demás parafernalia eléctrica. Esto no sólo ha dañado su estética, sino que ha acelerado el colapso de esta importante reliquia histórica. Rodean de cables y hacen orificios a nicho y reliquia de San Miguel Arcángel en San Miguel de Allende: Rodean de cables y hacen orificios a nicho y reliquia de San Miguel Arcángel en San Miguel de Allende - News San Miguel
Durante varios años he estado compilando una lista completa de los nichos religiosos de San Miguel de Allende, incluyendo fotografías de cada uno. Esta noticia me conmovió porque esta hornacina es importante por varias razones. Esta hornacina data de mediados del siglo XVIII y representa al santo patrón de San Miguel: San Miguel Arcángel.
Tanto la hornacina como la figura están talladas en piedra de cantera rosa y gris. El arcángel es representado de forma tradicional; sosteniendo un escudo en su mano izquierda para protección y la mano derecha levantada. Originalmente había una espada en la mano derecha, pero desapareció con el tiempo, ya sea por vandalismo o simplemente por daños causados por los elementos durante un período de más de doscientos años.
A menudo se muestra a San Miguel con un pie sobre Satanás, con su espada lista para golpear al demonio. En este nicho, sin embargo, está de pie sobre las cabezas de los querubines. Esto demuestra su dominio sobre ellos ya que es considerado jefe de todos los ángeles. El nicho en sí está elaboradamente decorado, con dos columnas a cada lado y un motivo de concha en lo alto.
La foto de la izquierda fue tomada en 2020, y los cables que estaban presentes incluso entonces se eliminaron a través de Photoshop.
Mi interés por los nichos de San Miguel de Allende comenzó durante el confinamiento por el Covid, cuando deambulaba por las calles casi vacías del centro histórico. Esto me permitió tener vistas claras de los edificios, sin la distracción del tráfico de coches y peatones. La ciudad se mostró desnuda y las fachadas de los edificios expusieron sus tesoros históricos, invitándome a descubrir detalles ocultos y a tomar fotografías. Un libro de historia de San Miguel de Cornelio López Espinoza, ex cronista de la ciudad, incluía una sección sobre las hornacinas barrocas del centro histórico. Cada una tenía una descripción y ubicaciones, pero ninguna imagen. Esto se convirtió para mí en un desafío irresistible, una especie de búsqueda del tesoro, con un ángulo histórico.
Durante más de un año catalogué las hornacinas descritas, las ubiqué y tomé fotografías que coincidían con las descripciones del libro. Pude encontrar la mayoría, pero lamentablemente muchas figuras ya no estaban en los nichos como se indica en el libro. En total, encontré y fotografié más de 60 nichos a lo largo del centro histórico. Pero eso fue sólo el comienzo, porque caminando tanto tiempo por la ciudad, y acostumbrándome a dirigir mi visión hacia arriba, comencé a notar muchas más hornacinas que no habían sido catalogados por Don Cornelio Espinoza. Con el tiempo, mi colección de hornacinas identificadas y fotografiadas creció a más de 100, la mayoría en el centro histórico, pero algunas en otras colonias.
Las hornacinas ubicadas en el centro de la ciudad, son numerosas, y son las más antiguas. Algunas datan del siglo XVII y todavía están bien conservadas. Un ejemplo de ello es la hornacina del edificio de la calle Mesones, 19, que muestra a San José sosteniendo al Niño Jesús.
La hornacina en la fachada del Mesón de San José servía de lugar de alojamiento a las recuas de mulas que pasaban por San Miguel el Grande. Estas recuas de mulas, a veces compuestas por hasta 100 hombres, transportaban plata y oro desde minas tan al norte como Santa Fe (Nuevo México), en su camino a la Ciudad de México. Desde allí, los tesoros serían transportados hasta España. San Miguel estaba convenientemente ubicado a lo largo de esta extensa ruta: el Camino Real de Tierra Adentro. Cuando estas caravanas pasaban por la ciudad, se detenían para alimentarse y pasar la noche. Había tantas posadas y mesones que la propia calle tomó el nombre: Mesones.
Se muestra a San José sosteniendo al niño Jesús en su brazo derecho y un nardo en el izquierdo. Esta flor fragante, similar a un lirio, es parte de la leyenda de cómo José fue elegido para ser el padre de Jesús.
Uno de los nichos más reconocidos se encuentra en lo alto de la fachada de la Casa de la Canal (actualmente propiedad de Banamex), en la esquina de Calle Canal y Cuna de Allende. La Virgen de Loreto fue patrona del patriarca Manuel Tomás de la Canal, por lo que aparece aquí, así como en cualquier otro edificio relacionado con la familia. La fachada del Instituto Allende también tiene una Virgen de Loreto en lo alto de la puerta de entrada de la que fue su primera casa, en 1732. También aparece en la casa de su hijo Mariano, en Hidalgo 1. Sin embargo, la Virgen dentro de la hornacina en la Casa de la Canal es probablemente la más destacada de todas. La figura está flanqueada por dos columnas a cada lado, realizadas con cantera de distintos colores. Los fustes son de varias capas y los capiteles son corintios. Como es tradicional, la Virgen de Loreto aparece parada sobre el techo de una casa.
Hay un comentario interesante sobre el nicho de San Miguel sobre Insurgentes y Hernández Macías, al que se hace referencia al principio del artículo. En mis andanzas por la ciudad encontré otra igual en Salida a Querétaro 37. El propietario me explicó que efectivamente se trata de una réplica que se colocó en 2010. En esta la espada está intacta.
Tenemos muchos más ejemplos de nichos centenarios que adornan las fachadas o las esquinas de los edificios. Lamentablemente, algunos han sido destruidos o robados, dejando nichos vacíos. Los que quedan son tesoros históricos que deben protegerse y preservarse. Tengo la esperanza de que las noticias sobre este nicho en particular sean el llamado a la acción que genere la atención necesaria del gobierno de la ciudad, y del estado.
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